sábado, 7 de junio de 2008

Silenciófobos

Todos sabéis que es un silenciófobo, es más, seguro que habéis deseado la muerte lenta y dolorosa de más de uno. Es más complicado que conozcais a uno, es como la gente que le toca la primitiva, sabes que están (aunque algunos conspiranóicos creen que nunca le toca a nadie) pero dificilmente tomarás un café con alguno. Al silenciófobo lo intuyes, lo ves y sobre todo lo sufres. El término no es mío, es del gran Palahniuk (un exitoso escritor al que la crítica no aclama pero que te lo hará pasar en grande como Baricco, Houllebecq o King, al que cuando muera se le reconocerá su tremenda obra)

Me reconozco silenciofobofóbico. Odio a los silenciófobos. Os daré alguno ejemplos. Siempre hay algún vecino que lo es. ¿Quien es el afortunado que no comparte alguna o las cuatro paredes de su humilde pisito con algún ser humano? cuando el silenciófobo vive sobre tu cabecita estás jodido, es una auténtica maldición. Es mi caso. Mis vecinos son una joven pareja de lo más vulgar en su estética y en su comportamiento. Los y las vecinas deberían ser por decreto guapos, sexis, simpáticos y oler bien, ¿No me digáis que no existe Melrose Place? Mi vecino quería ser como Eduardo Manostijeras, pero con tijeras no podía joder suficiente el silencio, así que pensó en ser Vecino Manosmartillos. Os lo juro, no encuentro otra justificación a su afición a clavar. Somos vecinos de hace años y aún los fines de semana sigue colgando cuadros, estanterías o buscando restos de civilizaciones perdidas entre las paredes. Me encantaría entrar en su casa, descubrir el misterio de esa sinfonía de golpes. Es un bricomaníaco (odio a los bricomaníacos, pero de eso hablaré otro día) y un bricomaníaco es por definición silenciófobo.

Todo buen silenciófobo se une a una silenciófoba, por afinidad claro. Mi vecina no iba a se menos. Deben excitarle los martillazos de su pareja, quizás martillean juntos, embutidos en conjuntitos de latex ¿me estaré perdiendo una nueva experiencia erótica? conste que no he dicho embutidos por casualidad. Mis vecinos son muy de embutidos, sí, gordos, grasientos y del pueblo. Ella debe creer que puede compensar su gordura y falta de sex appeal usando tacones, que siempre han sido muy de mujer "sesi". Si Victoria Beckham, las actrices porno y las modelos del Venca siempre los llevan ¿porque no los voy a llevar yo?
No puedes luchar contra ellos. Te conviertes en uno de los suyos. Son como los zombies, matas uno, matas cien pero al final zas! te muerden y te obligan a comer y bailar el thriller con ellos por el resto de la eternidad. Estás viendo tu películita en el salón, con el home cinema bajito, para no joder a nadie (interesante y simple concepto de convivencia ¿verdad?) y oyes sus zapatos clac, clac, clac, clac... taconeo más seguido si se está meando y no llega al baño, más lento si vuelve del trabajo. El maridito clava, pong, pong, pong... "¡ya llevo 7.135 clavos, que feliz soy!" Con una mirada buscas apoyo en tu chica y retuerces un poquito el mando del volumen. En breves instantes oyes un música que antes no percibías. El pobre vecino de abajo (un cincuentón seboso que babea cuando ve a mi mujer) le da caña a su equipo de sonido para seguir disfrutando de "la verbena de la paloma" y aplacar tus excesos, tu vecino martillea implacable, tacones, compota de músicas inclasificables, explosiones y rayos láser en tu película, la vecina de al lado le pregunta a Veremundo si quiere sopa o un "bistel", alguien entre todo el barullo gime de placer, (piensa que en tus peores momentos siempre habá alguien follando. Por placer propio y para joderte) te has convertido en un silenciófobo! eres uno de ellos!

Sales a la calle huyendo de esa prisión del sonido en que se ha convertido de tu casa. Algo se acerca por la carretera. Sabes que es un coche pero como todos los niñatos se han empeñado en que nunca sepas qué mierda conducen... sólo sabes que es un vehículo, por que va por la carretera, porque avanza rápido y porque una música infernal aplaca el ruido del motor. Cuando llega a tu altura ves su cara. Gafas grandes, pelo corto, bajito, siempre son bajitos y cuesta verlos bien. Va con la ventanilla bajada, independientemente del frío, del calor o del cambio climático. "Soy duro no siento ni padezco, y no te atropello porque me abollarías el coche, que lo sepas. Te perdono la vida a pesar de mirarme así, y es más "pa" que veas que no soy mala gente te invito a compartir mi música, este perreo que fluye a través de mi equipazo Vieta con subwoofer, ampli, y hasta una play que le he metido..." Ahí lo tienes, el silenciófobo motorizado, el peor de todos. No puedes desear que se le caiga la casa a tus vecinos por pura lógica, pero sigues el coche con la mirada hasta la curva. Sabes que allí han habido bastantes accidentes, algunos incluso mortales... pero no hay suerte, el chumba chumba y las rimas en un castellano incomprensible del cantante marginal (seguramente ex-presidiario) se alejan para seguir conquistando tierras, carreteras y vidas. La guerra no ha hecho más que empezar y ya tiene un vencedor. Todos seremos silenciófobos.

1 comentario:

  1. Hacia tiempo que no leia tu blog, ya que ahora, por un tiempo que espero que sea corto , no tengo internet en casa, y me conecto cuando puedo desde el trabajo. Tenia ganas de vovler a leer entradas tuyas,me gusta tu manera de ver las cosas y tu sarcasmo, espero seguir leyendote, un saludo desde ibiza!!

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