viernes, 18 de julio de 2008

No me sacareis el dinero tan fácil!

La publicidad es reflejo de la sociedad y viceversa. En una sociedad poco creativa y decadente, como la que nos ha tocado vivir, la publicidad no podía ser diferente. La gente de mi generación debe mandar ahora en las agencias de publicidad de nuestro país y creedme: se nota. Nuestra generación es tan poco creativa que no nos queda más remedio que bucear en el pasado intentando rescatar algo que nos sirva, como cuando nos invitan a un baile disfraces y a última hora buscamos en un baúl olvidado algo que nos camufle ante el resto de invitados. La nostalgia no es mala siempre que no suplante al presente, precisamente lo que está pasando últimamente. Estoy harto de ver anuncios que echan mano de iconos del pasado como Duran Duran, Loquillo, Richard Clayderman o Cristopher Lambert; de canciones ochenteras como las de Europe, o Pino d´Angio; de vestimentas tipo Miami Vice o de las horrendas hombreras que esperemos nunca más se vuelvan a poner de moda. Sólo puedo entender esa corriente como la busqueda facilona de la empatía por parte de los publicitarios, que en su mayoría andan por la treintena, con posibles clientes (o target, como ellos nos llaman) que también rondan la misma edad. ¿Muy poco esfuerzo para pedirnos que gastemos nuestro dinero en sus productos no os parece?

miércoles, 2 de julio de 2008

Un tío con suerte

El fin de semana pasado me sentí como el calvo de la lotería. Ese que sale cada Navidad (creo que ya se le acabó el contrato) y va soplando suerte en polvo a los desgraciaditos que confiamos un cambio en nuestra vida a un trozo de papel. Dinero no puedo repartir, pero con la mujer que tengo me sobra sexo para regalar. María es un portento sexual así que de vez en cuando necesito ayuda. Evidentemente no sólo es necesidad lo que me inclina a buscar ayudantes, el morbo y el vicio son razones más solidas.


Salir a cenar siempre es prefacio de una buena noche de sexo. El vino tiene ese duende que te arrastra, sin desposeerte de tu esencia, a hacer cosas que no harías de no estar bajo su hechizo. María está preciosa, el calor ayuda a que luzca mas sus encantos, y yo siempre estoy presto para desvestirla un poco antes de salir. Creo que es de un egoísmo bárbaro no permitir que otros se recreen la mirada con mi chica, como no soy nada egoísta siempre disfruto cuando alguien puede recrear algo mas que la vista. El restaurante no está frecuentado por gente muy sugerente, pero a la altura de los postres todos los comensales me parecían gente pervertida y viciosa deseosos de gozar con María.


En esos momentos no me puedo reprimir y exijo que mi compañera vaya al baño y vuelva con una prenda en su mano. El tanguita húmedo se puede esconder en un puño apretado. Un señor madurito en una mesa cercana escucha agobiado la cantinela de su esposa con pelo permanentado. Parece un buen candidato para que María le muestre el coño. Cambiamos de sitio de manera que ella quedaba frente al tipo en cuestión. La falda se levanta hasta lo posible pero el señor no atiende. O es ciego, tonto, las dos cosas o simplemente la presencia de su mujer le impone demasiado. Se va a lamentar de no haber levantado la mirada del plato. Tiene un manjar más sabroso delante de sus ojos y en cambio sigue empeñado en arrancar hasta la última tira de carne de un hueso ya roido.

Con el calentón vamos hacia el hotel. La ganas de follar no nos permiten buscar nuevas aventuras. Además el coño de María está empapado y sus muslos empiezan a mojarse, no es cuestión de andar así por la calle, verdad?. En una esquina cercana vemos una puta deliciosa. No debe tener más de veinte añitos. Típica chica del este delgadita, con carita de inocente y cuerpo de pecadora, Una combinación deliciosa. Me acerco mientras María espera apoyada en un portal cercano. Una breve charla, unos cuantos euros y la promesa de que se va a comer el coño de mi acompañante me convencen de llevárnosla al hotel. Nos separan un escaso centenar de metros. Por el camino sobamos entre los dos sus pechos pequeñitos y duros, su culo duro y firme. No parece gustarle mucho, pero para algo es una puta y nosotros dos pervertidos. Sólo pensar en la escena que me espera me tiene la polla dura. Me doy cuenta de que una señora vestida de domingo con la que nos cruzamos se escandaliza a ver como se me marca la erección bajo el pantalón. Como no todo puede ser perfecto el vigilante del hotel no nos deja pasar con la chica. Pienso en invitarle a la fiesta, pero su barriga y su pecho peludo me hacen desistir. Así que le damos veinte euros a la niña por las molestias y subimos a la habitación a disfrutar de nuestra calentura. El ascensor es acristalado así que mientras subimos María se levanta la falda y le muestra el coño y el culo al vigilante que ladea la cabeza fingiendo indignación. Ya tiene con que pajearse esta noche.

María entra en el baño. Siempre antes de una buena noche de sexo se asea, se perfuma y prepara para que nada se interponga entre mi lengua y su coño. Esos momentos son mágicos, muy calientes, mi imaginación se dispara. El portátil está cerca y conectado. Entro en el irc parejas y mi mensaje no puede ser más claro, conciso y guarro "busco tío con buena polla para ver como mi mujer se la come". En instantes cinco o seis privados se disparan en la pantalla. Que fácil resulta encontrar una polla, que difícil encontrar un coño aunque sea pagando... Un tío con el nick "ejecutivotrajedao" me despierta la curiosidad. Está cerca del hotel, dice que es madurito, engominado y se cuida mucho. Seguro que podrá entrar al hotel sin mucho problema. Con la polla durísima le doy el número de habitación, en diez minutos estará frente a la puerta. María aun no ha salido del baño, se toma su tiempo y yo lo agradezco. Busco porno en la tele pero paso de pagar quince euros por un porno yanki que me la va a aflojar.


María me encuentra en la cama con la polla medio dura y me la empieza chupar, le toco el coño depilado con los dedos y acaricio sus tetas. Me la mama hasta la garganta, chupa como una posesa y no puedo evitar hacerle fotos mientras me pasa la lengua por el capullo hinchado. Me meto su coño en la boca, quiero tenerlo todo dentro. Mi lengua va desde su coño hasta el culo. Pasan los minutos pero ahí no tengo sensación del tiempo. Podría estar hora lamiéndola. Sus piernas me aprietan la cara y no oigo bien sus gemidos. De repente se para. Separa las piernas y me dice que ha oído un golpeteo en la puerta. Mi polla se pone a punto de reventar.

Me levanto ante la cara extrañada de mi chica. Me acerco a la puerta y la abro ligeramente. En el pasillo veo un tío con traje azul, camisa a rayas con cuello blanco, corbata anudada (a pesar del calor que hace) mocasines de piel brillante, y el pelo a juego, es decir brillante y liso, con gomina. El tío está nervioso. Sin apartar la mirada del suelo me pregunta si somos los del chat. Su nariz aspira con mucha celeridad, casi ansiosa y se la frota con el dorso de la mano. "Mejor" pienso "un tío farlopero aguantará más con mi niña". Giro el cuello y veo a María extrañada, tapándose con las sábanas. Abro la puerta de par en par y hago entrar al ejecutivo. Se adentra en la habitación como estirado por una soga. Y empieza a hablar. Muy alto, muy rápido, queriendo ser simpático. Me pongo delante de el y cogiéndole las mejillas le digo "cállate la boca y sácate la polla". María ya sabe lo que se le viene encima, sus ojos de sorpresa, casi de susto han dejado paso a una cara marcada por el ansia de lo que va a gozar. No hace falte que hable más con el tío, creo que ha captado que no buscamos amistad. Tiene una buena polla, morena y descapullada con muy poco vello y no me resisto a tocársela para acercarla a la boca de mi chica. María la engulle y el tío echa hacia atrás la cabeza. Empieza a mover las caderas queriendo meter la polla más dentro de la boca ansiosa de mi chica. Empieza a hablar "como la comes guarra" otra vez le tengo que decir que se calle la puta boca. Ahora parece que finalmente ha captado el mensaje. Se deja hacer. Con la cámara retrato a María con la polla morena del ejecutivo. Me mira pasándose la polla mojada por los labios.


Tras un rato de mamada, en el que el tío tiene que sacar la polla de la boca de María para no correrse, decido que es momento de que la folle. El ejecutivo no cabe en si de gozo. María es una diosa del sexo sumisa que se dejará hacer. El tío se pone un condón y mi chica se coloca a cuatro patas. Antes de meterle la polla en el coño, hurga con sus dedos comprobando donde va a meter su rabo. Se gira hacia atrás buscando en sus pantalones algo. Encorvado encuentra un paquete de tabaco y dentro un pequeño frasquito. Con la mano derecha de pajea y con la izquierda acerca el pequeño tarro a su nariz. Una esnifada y el pollón se le pone a reventar. De un golpe se la clava a María hasta los huevos. Le toca las tetas, pellizca sus pezones. Yo le meto la polla en la boca y con la cámara retrato las embestidas de su cuerpo contra el culo de mi chica. Oigo el golpeteo de sus huevos contra las nalgas sudorosas de María. El tío estruja las tetas de María con una mano, con la otra le mete un dedo en culo. María da un respingo y el ejecutivo se corre, cae sobre la espalda de María. La besa. A las putas no se las besa. Lo aparto de su cuerpo y lo empujo fuera de la habitación. Recojo sus ropas, las saco al pasillo y cierro la puerta. Oigo algo que parecen insultos. Me acerco a María que se ha quedado tumbada en la cama reponiéndose de la follada y le meto la polla en el coño empapado. Me la pone aun más dura notar que lo tiene muy dilatado. Me excita que un pollón haya estado antes en ese coño. No tardo mucho en correrme. María vuelve a hacerlo mientras mete su lengua en mi boca. Que bien se folla en un hotel. Hay tíos que tienen suerte.

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