sábado, 27 de julio de 2013

Regreso a le Cap d´Agde

Como habéis visto los que seguís el blog, mis últimas entradas han estado más en la sombra que en la luz, más en la reflexión que en la carne, más en la letra que en la piel, más espeso, insoportable y soso que nunca. Tengo por costumbre no borrar nunca una entrada una vez que la he publicado pero he de reconocer que a veces he estado tentado de hacerlo. He escrito varias entradas que nunca verán la luz y por ese mismo motivo considero que si he publicado algún post debe permanecer ahí, si en su momento lo publiqué algo me debió empujar a hacerlo.

Una de mis principales lectoras es Maria. Nunca le dejo leer nada antes de colgarlo en el blog. Disfruto como un animal cuando cenamos y ella lee lo que he escrito o le muestro las fotos que he colgado. A raíz de mis últimos posts Maria no se ha sentido muy cómoda. No está con un hombre que la ha conquistado por su convencionalidad ni por su moral, así que decidió tomar cartas en el asunto.


El fin de semana pasado me regaló una estancia inolvidable en le Cap d´Agde. Supongo que la mayoría de lectores sabéis lo que es el Cap. Para los que no lo sepáis os sugiero que abráis una pestaña nueva y tecleéis en google esas palabras mágicas o vayáis a la mejor página en español para conocer el lugar. Las fotos de este post son de su página, no está demasiado bien visto corretear por el lugar móvil en mano. Si cualquier niño sueña con corretear por disneyland con las orejitas de mikey, cualquier golfo, swinger o liberal que se precie desea callejear por el cap sin orejitas, ni pantalón, ni ropa interior, desnudo como vino al mundo. El pueblo es feo de cojones y las instalaciones hoteleras están lejos del confort que uno desea, pero no hay nada en el mundo que se le parezca. Si alguna vez habéis ido a una playa nudista con vuestra pareja, y sois medianamente normales, seguro que os han entrado ganas de follar con vuestra chica bajo el sol verdad? pues eso es el Cap. Poder hacerlo. Libertad, goce, exhibicionismo, voyeurismo... la exaltación del espíritu liberal. 

Hacía años que no íbamos y Maria me hizo conducir hacia el norte sin darme más pistas. A la altura de Figueres tuve dudas sobre si quería ir a alguno de los puticlubs del norte de Gerona donde admiten parejas, pero pasados unos kilómetros no me quedó ninguna duda. Desde nuestra casa en Girona no hay más de dos horas hasta las puertas del pueblo. Debo aclarar que Agde es un pueblo turístico para todos los públicos y que su secreto se encuentra en un "quartier" a parte. Teníamos reservado un apartamento para el fin de semana en Le jardin de l´Eden. Sé que no le ha costado barato y que ha tenido que tirar de contactos para poder alquilarlo. Una vez pasas la barrera de entrada de le Cap todo se vuelve onírico. No debe haber mejor Viagra en el mundo que cruzar esa frontera. Nos instalamos rápido y en pocos minutos estábamos camino a la playa, desnudos, deseando ver y ser vistos. En el cap hay varias zonas de playa, alguna podría pasar por una playa nudista normal de Francia. Puntualizo, en Francia ser nudista es normal y por eso en sus playas se ven escenas de lo más cotidiano, en España el nudismo no acaba de ser algo tan asumido y abunda la fauna de mirones, textiles y gente de lo más confundida.

No voy a ocultar mis perversiones y debo confesar que desde la primera vez que fui al Cap me perturbó ver camino de la playa chicas de catorce o quince años desnudas, con sus padres. Tuve que contenerme para no empalmarme.  Como os digo la playa de le Cap se divide en varias zonas, una de ellas especialmente dedicada a todos vosotros y vosotras: los golfos. Cuesta permanecer en esa playa y no excitarse. Hay cuerpos de todas las edades y para todos los gustos, brillan los piercings y los plugs anales, los cuerpos depilados untados de aceite, las caricias, las pollas duras y los coños depilados. Nadie se corta, si miras a una mujer ella gentilmente separa las piernas para que le veas bien el coño, muchos no aguantan y se enredan en escenas de todo tipo. La gente hace corro alrededor de los espontáneos y admira como las parejas se entregan a su vicio. Ir al agua es un slalom donde se sortean miradas, cuerpos y propuestas al vicio. Para un marido orgulloso de su mujer no hay nada más gratificante que verla acercarse al agua mientras los hombres se la comen con la mirada y le muestran la polla ofreciéndose para la noche.

Desde mi primera hora en el Cap decidí mantener un nivel de alcohol en sangre que no me hiciera recordar al espeso blogger de hace unas semanas. De vuelta al apartamento vimos a la pareja vecina, un matrimonio de unos sesenta años aún de muy buen ver, que tendían la toalla en el balcón. Nos saludaron amables sin mirarnos a la cara, no hace falta que indique donde se dirigían sus ojos.

La noche en el Cap es el paraíso. Para muchos decadente, para todos impactante. Cientos de mujeres vestidas con los modelos más inimaginables cogidas de la mano de sus maridos, vestidos sin tanta estridencia, que las guían entre las miradas de los curiosos. Maria había provisto bien su maleta de modelitos y llevaba un top transparente que mostraba sus pechos y una falda ultracorta que dejaba ver el tanga también transparente. Todo de color negro, el color oficial de la noche golfa. Cenamos como de costumbre en el Cap, ni mal ni bien, más pendientes del entorno que del plato. Y entramos en le Glamour. Sigue haciendo honor a su nombre y lo que se ve allí no se encuentra ni haciendo la más selecta selección de personal de los clubes de Madrid y Barcelona en una buena noche de sábado. No penséis que en los clubs de le Cap se folla más que en los de España, para nada, pero se disfruta más, la excitación y el morbo es mucho mayor y el goce visual no admite comparación. No me voy a extender sobre nuestras hazañas de esa noche. Vi a Maria chupar cuatro o cinco pollas, yo pude lamer un delicioso coño de una cincuentona con cuerpo de niña, y disfruté viendo a Maria follar con dos hombre mientras la mujer de uno de ellos me comía la polla lentamente y me hablaba entre susurros sin yo entender una palabra de lo que me decía. La escena era vista por varias parejas que se tocaba y comentaban. Los chicos se esforzaban como pornostars para que el coño lleno de polla de Maria quedara bien visible a los espectadores. Nos retiramos tarde, tan cansados que no tuve fuerzas para follar con mi chica.

El día siguiente fue un clon del primero. Gozamos en la playa, nos mostramos, nos calentamos y volvimos a saludar a nuestros vecinos. Esa tarde no pude aguantarme y follé con Maria en la terraza mientras nuestros vecinos jugaban al parchís.

Volvimos a le Glamour esa noche y disfruté de dos maravillosas mujeres, una de ellas española que me confundió con un italiano. No hice nada por sacarla de su error cuando me insinuó que su marido quería comerme la polla. Un par de veces perdí a Maria y la encontré curioseando por la planta baja. Había un chico negro y parecía que había cola ante su pollón. Maria aguardó su turno y a cuatro patas gozó de las embestidas del negro ante la expectación de la audiencia. Se corrió rápido y dejó su sitio a otra mujer que chillaba escandalosamente como una gata a la que le pisan la cola con cada embestida. Debió de hacerle gracia al negro los gemidos de la moza y decidió darle el premio que anhelaban las chicas a las que ya había despachado y le regó la cara de leche espesa y abundante, ante un ohhh de admiración de la concurrencia. Juro que Maria estuvo a punto de tirarse sobre la cara de la chica para llevarse su parte.

De vuelta al apartamento nos tomamos en la terraza la última copa. Los vecinos no habían vuelto aún y no molestábamos a nadie. Maria descansando y yo con la idea que me revoloteaba la cabeza desde la primera noche, pasamos un buén rato. Relajados por la brisa y el efecto del alcohol pasó el tiempo hasta que por fin oí movimiento en el apartamento de al lado. Apuré la copa y resuelto cogí a Maria de la mano y salimos al rellano. Toqué suave con los nudillos la puerta del vecino ante la mirada incrédula de mi chica. La puerta se abrió ligeramente. He de recordaros que debían ser las cinco de la mañana, y era lógica la cautela del buén hombre. Al reconocernos el vecino apareció ante nosotros con un pareo y cara de sorpresa. No pareció molestarse. Puse de la mano a Maria ante él y le subí la falda mostrándole el coño al sesentón. Maria estaba empapada y olía a sexo. El señor llamó a su mujer y esta, primero extrañada, sonrió curiosa. No sabía cual iba a ser su reacción y hubo unos segundos de duda, pero el hombre se acercó a Maria y le acarició el coño. La señora se acercó a mí pero yo renuncié y les indiqué con gestos que Maria era para ellos. Mi chica no dudó, ella me había llevado allí para recuperarme para la causa y ahora no me podía fallar. Cerré la puerta y los dejé a solas. Me fui al balcón y actué como un voyeur enfermo, miraba, oía y intentaba vencer la tentación de masturbarme. Me sorprendió que mi polla diera señales de vida a esas alturas y estuve tentado de volver a la puerta de mis vecinos para que me dejaran unirme pero me contuve. Pasó más de una hora y seguía habiendo movimiento al otro lado del tabique. Maria volvió dos horas después de habérsela entregado a los vecinos. Vi en su pecho el resto solido del semen y aunque se dirigió como un misil hacia la cama, le di la vuelta y me pajeé hasta correrme en su cara, en sus tetas, sobre el semen del vecino. Maria sonrió y tras besarme nos quedamos dormidos. Alguien duda de que esto no es amor?

8 comentarios:

  1. A mi cada entrada tuya me gusta, son diferentes pero tu pluma nunca decepciona y espero que ningún comentario aludiendo a la tristeza te haya ni medio influido porque confieso que hubiese contestado yo (y comencé) pero entendí que solo soy una anónima lectora.

    Esta entrada si que vuelve a tu punto más golfo y me encanta, sois mi pareja preferida y nunca decepcionais, puedes reirte de que tuve que mirar el enlace...ese sitio...tiene que ser tremendo!!! Jamás pensé que existiera tal lugar, más información golfa para mi cabecita. Quiero ir!

    Me has puesto muy caliente con esta entrada, tendré que aliviar.. Me doy por pagada, ya sabes a veces patrocina polvos fotos a veces un post...

    Será el verano pero me pones cada día más.

    Tu admiradora.
    T.



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    1. Mi deliciosa y deseada T:

      No sabes como me gustaría ver como te desenvuelves en aquel paraíso del vicio. Como me parece a mí que con tu chico no vas a ir, aquí estamos nosotros para acompañarte cuando te animes a ir un fin de semana. Siempre te puede salir un congreso, una formación o cualquier otro imprevisto que justifique tu ausencia un par de días, verdad? Seguro que tu chico no te buscaría allí, si no conocías tu Cap d´Agde me imagino que tu chico debe sonarle aun menos. Por cierto, estaremos de viaje unos días, si quieres que te pasemos a hacer una visita, avisa, nos encantaría calmar tu calentura.

      Besos

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  2. Yo no deberia leer estas cosas desde la oficina... Yo no deberia leer estas cosas desde la oficina... Yo no deberia leer estas cosas desde la oficina... Yo no deberia leer estas cosas desde la oficina... Yo no deberia leer estas cosas desde la oficina... jajajajajajajajaja...

    Casi vuelco la mesa... Tengo que convencer a Natalia para ir unas vacaciones a Francia... si o si.

    Un abrazo!

    PD. Gracias por la entrada, buenisima... morbosisima... impresionante...

    http://diariodeunaesposaobediente.blogspot.com.es/

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  3. Admirado sr. Alex:

    Creo que ya tardas en conocer el paraíso del golferío. Para algunos decadente, sórdido, zafio, sucio, pero para todos impactante. Me da a mí que tu disfrutarías allí como un animal, y tu inocente esposa iba a acelerar su emputecimiento con sólo un par de días.

    Anímate y eso sí, preparalo con tiempo, en estas fechas aquello es un hervidero de gente.

    saludos

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  4. Amore,
    Simplemente te adoro por ser en uno solo un perro, encantador, follador, irónico, golfo, divertido, cerdísimo y de los que, estoy convencida, después de darte por el cuelo y empaparte de semen hasta la raíz del pelo te abre la puertita del restaurante. Una curiosa y exquisita mezcla que me hubiera gustado catar. Pero sé que a una aprendiz como yo la destrozarias.
    M.

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    1. Querida Marieta

      Supongo que puedo decir tu nombre verdad? no sabes lo que me pone ver que, desde tu nueva condición de mujer casta y formal, aún me sigues. Que conste que no nos hemos catado porque tu no has querido, te has retirado demasiado pronto de este mundillo golfo. Que sepas que virtualmente he comido tu coño en multitud de ocasiones; guardo tus fotos con absoluto celo. Maria lo asume y me ha confesado en más de una ocasión que le encantaría compartirte conmigo. Ya sabes, cuando necesites un respiro de tu chico, nos tienes a tu disposición, No sé yo quien acabaía con quién...

      Sabes que me pones, golfa.

      Carlos Hl

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    2. Ay Marieta, acabo de reivsar tus fotos... mira que tienes un coño delicioso...

      quiero probarlo! prometo no tocar! sólo chupo!

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  5. Lástima no haber coincidido contigo en el paraiso,...

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