domingo, 10 de noviembre de 2013

100 días

Creo que así se llamaba un programa que hacían hace tiempo en Cuatro, donde la reportera se sometía durante el periodo de tiempo que titulaba al programa a una serie de experiencias poco habituales. Entre ellas fumar porros, entrar en el ambiente sado y alguna que otra aventura vivida en primera persona en lo que se ha venido a llamar periodismo gonzo. También cien días es el periodo de gracias que se le suele dar a alguien que afronta un cargo por primera vez: leáse político, ejecutivo o entrenador de fútbol. También debe ser el periodo de gestación de algún mamífero extraño de las antípodas, pero como os imagináis nada de eso os quiero contar. Quizás a modo de reflexión volveré más tarde sobre el canal Cuatro, pero no adelantemos acontecimientos.


Cien días hace que no escribo un triste línea en el blog. Los pocos seguidores del blog que aun me quedan no se sorprenden de lo dilatado del tiempo entre mis entradas (me encanta el verbo dilatar) pero como he dicho más de una vez, esto no es ni un periódico ni una revista semanal. He visto con curiosidad como algunos de los blogs que me tenían como referencia entre sus favoritos me han eliminado ante mis largas ausencias. Otros en cambio me mantienen entre sus favoritos como mi adorada Koshka (aunque no deje comentarios me sigo acercando a tu armario, enhorabuena por tu novela... sabes que hace un tiempo follamos en Training con una pareja y creímos  que erais vosotros?) y mi socio Skorphio (tantos años y aún no he aprendido a escribir tu nombre) Como os podéis imaginar no he estado estos días encerrado en una celda de un monasterio franciscano (cosa que no descarto probar algún día)

Durante estos días he visto el inicio y fin de algunas de las mejores series de  televisión de la historia, mis escritores favoritos han publicado novedades, he visto como el país ha dejado la recesión y todos estamos forrados y he sentido envidia de no ser gitano. A eso me refería al principio de la entrada. Me da que entre los directivos de Cuatro debe haber algún gitano. Me parece genial conocer otras culturas pero no puedo entender que se sea altavoz de conductas retrogradas, machistas y degradantes para la mujer desde un canal de televisión. Espero con ansía programas similares sobre los islámicos radicales y como pegan a sus mujeres o sobre algunos colectivos africanos que viven en nuestro país que consideran tradición respetable la ablación del clítoris de sus niñitas.


En cuanto a mí no he bajado de la noria de mis perversiones en estos días. He seguido golfo, putero, pornófilo i vicioso.  María se ha echado una novia. No una novia virtual de estas que muestran las webcamers para ganar más audiencia. No, una pedazo de lesbiana ante la que no me atrevo a alzar la voz. Se conocieron en el gimnasio y empezaron a follar como una prolongación más del ejercicio físico. Lamentablemente ni he visto ni catado nada de su relación. La chica de Maria no me puede ni ver. Se indigna si paso por delante cuando están tomando un café juntas y me mira deseádome la peor de las torturas chinas. No os creáis que se hacen mimitos como quinceañeras enamoradas, lo suyo es vicio. Lo llevo como puedo aunque debo reconocer que me indignó ver que Maria había comprado por internet un arnés de esos con un tremendo pollón de goma para sus juegos. Me ofrecí a participar aceptando  cualquier condición que me impusieran: usar máscara, depilarme, no salpicar, cerrar la boca  y ser un puto sumiso, pero nada, ni por esas.

Yo como os podéis imaginar también he seguido con mis aventuras del sexo pagado. Soy tan civilizado que pago por todo lo que uso. Aunque ya he agotado toda la paleta de colores posibles sigo cayendo de vez en cuando por algún antro para sentir que no soy sólo una sombra de Maria. Juntos hemos vuelto a ir a algunos clubs swinger de Barcelona y Madrid pero después de pasar por le Cap cuesta ponerse en situación. Así que cuando Maria no está con su chica, también se apunta a mi peregrinación al sexo de pago en ese paraíso para las almas pervertidas que es el Felina de Barcelona.

También como cada año asistimos a nuestra cita con el salón erótico de Barcelona. Como novedad este año nos quedamos a dormir en el mismo hotel que utilizan los actores y actrices del evento. Maria se vistió de manera que tuve que convencer a más de uno de que ella no iba a subir al escenario. Para muchos se trata de un espectáculo lamentable, decadente y sólo apto para pajilleros. Para otros se trata de una tradición divertida en la que ver como las glamourosas actrices que poblaban nuestras fantasías de adolescentes van dejando lugar a ex concursantes de gran hermano o cualquier otro reality que quieren rentabilizar su efímera fama a golpe de cadera. Un divertido entretenimiento en el que es cada vez más común la presencia de chicas más golfas fuera de las tablas que sobre ellas. Me ponen más calientes las otras Marias que rondan de stand en stand de la mano de sus chicos que muchas de las esforzadas actrices que se dejan la piel bajo los focos. Íbamos con la idea de follar con alguna parejita adicta al porno como nosotros o de apuntarnos a alguna de las célebres fiestas after show. No hubo manera. Con deciros que a últimas horas, bajo los efectos de la marihuana y el alcohol, Maria se ofrecío a chuparle la polla a un muchacho en el baño y el chaval salió por piernas...


Tonteámos camino del hotel con un grupo de chicos y chicas del stand de actrices del porno y llegamos a hacernos ilusiones golfas.  Pero al llegar al hotel algunos se fueron con sus respectivas parejas a la cama, sin dar pie a la posibilidad de otras presencias, otras chicas se fueron directamente a la cama quejándose del terrible dolor de pies que tenían, y el resto sólo apuraron sus bebidas en el bar del hotel y siguieron el camino hacia la habitación. Recuerdo el bajón que me dio oír a una de las chicas "me voy que mañana tengo que llevar al niño al fútbol a las siete" y yo que creía que las actrices porno eran muñecas a las que se daba cuerda y no tenían sentimientos. Sólo quedaron dos tíos de los que se encargaban de la seguridad del stand mirando a Maria con ojos depravados. Miré a Maria dándole mi conformidad para seguir la noche con nuestros ansiosos amigos, caliente imaginando el fin de fiesta que podía tener mi chica. Pero ella, quizás añorando a su "novia" (os habéis dado cuenta que no la he nombrado? estaré celosín?) me cogió de la mano y me llevó a la habitación a follar como una pareja de las tantas que habían pululado como zombies por el recinto ferial.

Prometo que en los próximos 90 días no haré el golfo, no pagare por sexo, ni pondré a mi mujer en venta en ninguna web de cukolds, prometo ser bueno, aunque sí alguien me tienta... 

Joder la mierda de programa se llamaba 29 días de Samanta Villar... Para mi que folló con Marco Banderas y Eric Morillo.

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